Peter.
Todavía era temprano y los
estudiantes no habían ensuciado el campus aún. Trabajé duro toda la noche,
intentando mantener el recuerdo del colapso mental de Lali fuera de mi cabeza. Ella estuvo a punto de
recordarme. Extendí la mano y toqué el nudo celta justo debajo de mi camisa.
Esto había desencadenado un recuerdo. La canción que escribí para ella la agotó. Los recuerdos están allí, tratando
de liberarse. Pero por mucho que yo quisiera que ella me recuerde, sabía que la mente humana era una cosa frágil. Rochi
me recordó la noche anterior que podía lastimar a Lali en mi apuro por acelerar
las cosas.
—Peter
—Jaslyn, una trasportadora, quien también trabajaba como mensajera, salió de la
niebla de la mañana, y diferente a Rochi, ella lucía casi tan sobrenatural como
se podría esperar.
—Si
—respondí vacilante. La última vez que se apareció era para decirme algo que no
había salido bien.
—La Deidad no está contento. Estás
presionando mucho a la chica. Ella ni siquiera ha vuelto a conectar
emocionalmente con su alma gemela. Su memoria no se restaurara hasta que la decisión sea justa.
¿Por qué
hacen esto? Si ella no
se conecta con él, ¿no significa eso que su corazón ya está reclamando… con o
sin recuerdos? Yo era la razón por la cual era incapaz de sentir algo por su
alma gemela.
—No la
presiono. Estoy esperando. Pero el alma que ellos esperan signifique algo para ella, no tiene
oportunidad. Él tampoco está listo para algún tipo de relación.
Jaslyn
me dio una sonrisa triste.
—Te estoy diciendo que tienes que estar listo. Se
acerca. Las almas se conectarán y cuando lo hagan necesitas mantenerte al margen y dejarlos. La Muerte no debe intervenir.
Tu trabajo no es proteger a la chica. Si
ella te ama, entonces vendrá a ti. La muerte no puede ir por ella.
—¿Quieren
que me mantenga alejado? —pregunté incrédulo. Eso no iba a suceder. Si yo tenía
una oportunidad de ganar, entonces tenía que demostrar lo que ella significa
para mí. Su corazón lo sabe. Su mente simplemente no puede recordarlo.
—Tienes que estar
preparado para la conexión de almas. Así es como tiene que ser. No eres su destino.
Sin embargo, si cuando su alma encuentre a su compañero, su corazón aun te
quiere, entonces será su decisión. Sus recuerdos se restaurarán, y si ella
escoge a su compañero, entonces estos recuerdos se perderán para siempre.
No respondí.
No había nada más que decir. Tengo el poder
de tomar la vida de un cuerpo,
pero allí era donde se terminaba. No podía controlar esto. El destino no era mío para moldear.
Jaslyn se desvaneció, dejándome con el mensaje y la advertencia. Esto no sería tan
fácil como yo lo había pensado. La Deidad conocía el futuro. Sabían lo que
seguía. Prepararme para la rabia que podría
consumirme era la menor de mis preocupaciones.
Lali.
Los
golpes en nuestra puerta a las ocho de la mañana eran inoportunos. Era sábado y
quería dormir hasta tarde. Euge gimió y agarró su almohada para cubrirse la
cabeza y las orejas.
—¿Qué
demonios es eso? —se quejó mientras yo trataba de quitar lo adormilado a mi
cerebro confuso.
—No lo sé, pero no vivirá por mucho tiempo —respondí, tirando de la sábana
y saliendo de la cama. Bajé la mirada y noté que dormí en ropa floja
y camiseta. Estaba lo suficientemente vestida pero eran las ocho, entonces la
persona que golpeaba la puerta tenía que ser una mujer. Así que
estar debidamente cubierta no importaba.
Tiré de
la puerta para abrirla y las palabras de enojo que estaba a punto de decir
cayeron al suelo al mirar a los ojos de un muy molesto y decidido Tacho.
—Traté
de detenerlo —dijo Gastón, detrás de él. Miré de Tacho a Gastón y luego miré
por el pasillo vacío. Como si no hubieran despertado a todos con ese
golpeteo.
—¿Qué es esto? —pregunté confundida.
Tacho me movió fuera del camino
con un poco de fuerza,
ya que yo no me lo esperaba, irrumpiendo en la habitación.
—Ella no
contesta mis llamadas y tú no me dejas estar en el edificio cuando estás
despierta. Así que obligué a Gastón a sobornar una chica para que nos metiera
mientras tú no estuvieras despierta para detenerme.
Euge se
sentó en la cama y las sábanas le cayeron hasta la cintura revelando el delgado
camisón blanco con el que ella dormía. Pensé en decirle que se cubriera pero la
expresión de asombro en su rostro me detuvo. No es como si ellos realmente
pudieran ver a través de todo el camino.
—¿Tacho? —gruñó ella con voz somnolienta.
Él se acercó y se arrodilló junto
a su cama, luego tiró de la manta para tapar sus pechos. Tenía que darle puntos
extras.
—Necesito que me escuches. No me puedo defender si tú no me das la
oportunidad.
No
estaba segura de sí Gastón y yo deberíamos salir de la habitación o si Euge me quería allí. Así que me quedé en
la puerta.
—Eso no
importa, lo he superado. —Eso ni siquiera sonó convincente.
La
perilla de la puerta al otro lado del pasillo comenzó a girar y tiré del brazo de Gastón hacia dentro y cerré
la puerta rápidamente antes de que nos atraparan con chicos en nuestra
habitación. Quería que Tacho se apurara a decir lo que vino a decir.
Ambos, Tacho
y Euge, miraron hacia nosotros en la puerta. Me encogí de hombros.
—Las chicas
de la habitación de enfrente están despertando —expliqué.
Tacho
asintió con la cabeza hacia el baño
—¿Pueden ir allá y darnos algo de privacidad?
—Seguro —respondí agarrando la mano de Gastón y tirando de él detrás de
mí. Quería que este asunto se arreglara y Euge no iba a ser fácil de convencer.
Nos pasamos dos días completos comiendo helado y mirando a Damon para superar a
este chico. Una vez que estuvimos escondidos en el baño, solté la mano de
Gastón y puse algo de distancia entre nosotros. En realidad, este desastre era
su culpa.
—¿Qué
pasa con ellos? —preguntó Gastón mientras yo me recargaba contra la puerta de Rochi.
—¿No lo
sabes? —pregunté. ¿En serio estaba tan ocupado con sus amigas que no le
preguntó a Tacho que pasó?
—Tacho
tampoco lo sabe. Sólo lo que le dijiste de Victoria, que apareció y compartió
sus hábitos sexuales con Euge y que ella no estaba interesada en ser una más de
sus conquistas.
No fui
muy clara pero pensé que él lo descubriría si se acostaba constantemente con
esa chica.
—Victoria vino para advertirme de ti. Euge estaba a la defensiva e
intentó interponerse entre las dos. Luego Victoria le informó a Euge que Tacho
se acostaba regularmente con una chica llamada Siera. Ella le dijo que eran
“amigos con derechos” y Euge tuvo que retroceder.
Los ojos
de Gastón se abrieron y negó con la cabeza.
—Esa mierda no es verdad. Tacho y
Siera tuvieron una aventura muy corta hace unos dos meses. Era solo sexo. A él
ni siquiera le gusta mucho. Creo que pudieron haber tenido sexo alguna vez desde
entonces, pero solo porque él bebió demasiado en una fiesta de la fraternidad y
ella se arrojó sobre él.
Asentí.
—Me lo imaginé. Con suerte
todo quedará aclarado allí.
Gastón dio un paso hacia mí.
—¿Qué hay de ti? ¿Qué
te dijo Victoria?
—Oh, que
tú y ella lo hacían como conejos y que necesitaba olvidarte. Que no estabas
interesado en mí. Sólo era tu nuevo pasatiempo.
Gastón
frunció el ceño y golpeó su palma sobre el tocador.
—Estoy harto de ella. Le he
dicho que no. Terminé con ella, pero está convencida de que la quiero.
—¿Estás
tratando de decirme que no lo has hecho como lo hacen los conejos? —pregunté en
tono divertido.
Gastón frunció
el ceño.
—Claro,
hemos tenido sexo varias veces. Es una de las chicas más fáciles en el
campus. Pero no tengo ningún sentimiento por ella. Solo es práctica. Ahora
tiene en su cabeza que yo quiero algo más.
Genial. Él era todo lo que las chicas querían en
estos días.
—Umm, me
parece que tal vez deberías ser más cuidadoso con tus amistades.
Gastón
suspiró y recargó la cadera contra el lavabo.
—¿Esto ha arruinado cualquier
pequeña oportunidad que podría haber tenido de tener otra cita contigo verdad?
Asentí.
—Sí, bastante. Aunque, si te hace sentir mejor, estaba en contra
de salir contigo después de que invitaras a alguien más a salir en nuestra
última cita.
Gastón pasó ambas manos sobre su cabello y maldijo en voz baja.
—No
esperaba que volvieras a mi vida, Lali. Pensé en ti todo el tiempo, pero me
dije durante todo un año que te habías ido. Nunca te vi de nuevo. No tomé en serio a nadie porque
siempre las comparaba
contigo. Nunca nadie estaba a la altura. Sí, estuve
acostándome y saliendo con un montón de chicas, pero era mi manera de superar
esto. Si hubiera sabido que volverías a
mi vida de nuevo, habría hecho las cosas muy
diferentes.
Bueno,
eso era lindo. No cambió lo que sentía, pero aun así era lindo de escuchar.
La
puerta se abrió y Euge asomó la cabeza.
—¿Se pueden ir todos?
—Oh, sí, ¿podría ponerme
mi ropa primero? —pregunté, estudiando su agradable expresión.
—Sí, espera. No salgas, sí —dijo cerrando
la puerta en nuestras caras.
—Creo que mi chico suavizó las cosas —dijo Gastón
con una pequeña risa.
—Sí, creo que tienes razón.
La puerta se abrió y un par de pantalones cortos azules y una camiseta de los Rolling Stones que
era demasiada apretada, lo cual Euge sabía muy bien, entraron por la puerta
antes de que se cerrara de nuevo la cerradura con un click y miré a Gastón.
—Tendrás que salir por la puerta de Rochi
para que me vista.
Gastón sonrió.
—Prometo cerrar los ojos.
—Ni en un millón de años —le aseguré y me incliné
para recoger mí ropa.
—Vamos Lali, prometo no mirar.
Tenía que estar bromeando.
¿Cuándo estuve dispuesta a cambiarme frente a él?
Llamé a
la puerta de Rochi y cuando no obtuve respuesta, la abrí. Asomándome hacia
dentro la encontré vacía. Bien, por lo menos no tenía que verme salir del baño
con Gastón.
—Despejado, ahora vete.
Gastón sacó su labio
inferior en un puchero y lo empujé por la puerta, encerrándome en el interior.
sigue subiendo por favor, estuve esperando mucho tiempo haber si volvías:(
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