Mi mamá le hizo un millón de preguntas a Peter. Nunca se me ocurrió, hasta que Peter lo mencionó en nuestro camino aquí, que cuando mi memoria fue borrada también fue la de mi mamá. Peter fue borrado de la memoria de todas las personas en mi vida. Euge se había olvidado de Peter y Pabloal igual que yo. Aunque mi memoria fue restaurada, la de ellos no. Hacerlo sería peligroso. Sabrían más de lo que deberían. Ahora, Peter era el chico nuevo que había conocido en la universidad. También era el contante de una banda de rock.
No había estado contenta cuando la presenté, pero Peter y su carisma fueron rápidamente conquistándola.
Le traje un vaso de té dulce antes de hundirme en el sillón junto a él. Ésta era la forma en que se suponía que debía ser. Mi mamá lo amaría muy pronto.
—Así que, ¿cantas música Rock?, ¿consumes drogas? —le preguntó mi mamá, observando su rostro por cualquier signo de una mentira.
Cubrí mi boca para evitar reírme.
—No, no tomo ningún tipo de droga y tampoco bebo. Nunca lo he hecho. No es algo en lo que me interese.
Mi mamá lo notó y entrecerró sus ojos hacía mí. No estaba contenta con mi obvia diversión.
—¿Y durante cuánto tiempo han estado saliendo? Porque pensé que estabas viendo nuevamente a Gastón.
Peter se tensó junto a mí y di unas palmaditas a su pierna.
—Gastón está enamorado de una chica llamada Victoria. Pensó que quería reavivar las cosas conmigo, pero no funcionó. No íbamos bien juntos. Nos aburríamos mutuamente. Fue durante un breve periodo de tiempo que Peter y yo tuvimos un malentendido y me negué a hablar con él.
Mamá entrecerró sus ojos en mí.
—Sabes usar protección, ¿no?
Ésta vez Peter tuvo que taparse la boca con el puño para evitar reírse.
—¡Mamá! No preguntes cosas como esas. Prometo que si hiciéramos algo que lo requiera, si, usaría protección.
Mi madre encogió de hombros.
—Una madre no puede ser demasiado cuidadosa. Necesitaba asegurarme de que pensabas con claridad.
—Lo tengo, mamá —le aseguré.
—Bien, eso es bueno. Ahora, háblame de este chico que Euge está viendo. He oído que es un amor.
Estiré la mano y tomé la mano de Peter y envolví mis dedos con los suyos. Había manejado el interrogatorio de mi madre con gran éxito.
—Bueno, creo que es muy posible que Euge haya encontrado al indicado —le dije a su buen saber y así lo había hecho. Tal vez no este año ni al siguiente, pero un día ellos terminarían casados. En ésta vida y en cada una después de ésta. El hecho de saber que iba a llegar a verlos encontrarse y enamorarse en todas sus vidas me hizo sonreír.
Más tarde esa noche estaba acurrucada en mi cama. No me había dado cuenta de lo mucho que había echado de menos mi habitación hasta que tiré de mi colcha sobre mí y el olor a hogar me golpeó. Ya no necesitaba dormir, pero me gustaba tumbarme en la cama por la noche. Peter dijo que era algo que me había acostumbrado a hacer y que no debía dejar de lado todo lo que me hacía feliz.
—Esto nunca es aburrido —dijo la voz de Peter en la oscuridad. Me giré para verlo sentado en la silla en la que solía sentarse para cantarme por la noche.
—¿Qué estás haciendo aquí? —le pregunté sentándome. Se suponía que estaría afuera recogiendo almas.
—Estoy a punto de irme. Simplemente no pude resistir venir aquí y verte metida en la cama una vez más. Comprendí que me poseíste una noche en ésta habitación. Estaba cantando para ti y tú dormías. Hiciste un pequeño sonido en tu sueño, como si estuvieras angustiada, y entré en pánico y corrí a tu lado. Me tomaste del brazo durante tu sueño y lo pusiste contra tu cara y volviste a dormir. No quería moverme nunca. —Se puso de pie y se acercó a mí.
—Supe entonces que nunca había comprendido lo que los humanos llamaban amor. Pero que si se trataba de algo parecido al poder que tuviste en mí, entonces no era de extrañar que lo buscaran tan apasionadamente.
Extendí mi mano y tiré de él hacia la cama conmigo.
—Vas a llegar tarde —le dije mientras apartaba las mantas y tiraba del dobladillo de su camisa.
—¿Por qué? —preguntó Peter, levantando voluntariamente sus brazos para que pudiera tirar de su camisa.
—Porque después de escucharte no puedo dejar que te vayas hasta que haya tenido mi cuota. Desnúdate, Peter.
Fin
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenten, todas sus opiniones cuentan:3