martes, 9 de diciembre de 2014

Walking Disaster: Capítulo 8

Capítulo 8:

La decisión fue loca, pero también liberadora. Al día siguiente entré a la cafetería y sin pensarlo dos veces, me senté en el asiento libre frente a Lali.


Estar a su alrededor era natural y fácil, y aparte de tener que soportar las insistentes miradas de la población estudiantil en general, e incluso la de algunos profesores, a ella parecía gustarle que lo hiciera.

—¿Estudiaremos hoy, o qué?

—Lo haremos —dijo, imperturbable.

La única cosa negativa acerca de salir como amigos era que cuanto más tiempo pasábamos juntos, más me gustaba. Era difícil olvidar el color y la forma de sus ojos, o el olor a perfume en su piel. También otras cosas, como cuán largas eran sus piernas y los colores que vestía con mayor frecuencia. Incluso tenía una muy buena idea de qué semana no debería darle mierda extra, la cual afortunadamente para Agustín, era la misma semana de no follar con Candela. De esa manera, habíamos tenido tres semanas para no estar en guardia en lugar de dos, y así podíamos darnos la justa advertencia.

Aunque para su pesar, Lali no era exigente como la mayoría de las chicas. La única cosa que parecía afectarla eran las ocasionales preguntas acerca de nuestra relación, pero tan pronto como me ocupé de eso, ella lo superó.

Cuanto más tiempo pasaba, la gente especulaba menos. Comíamos juntos la mayoría de los días, y por las noches cuando estudiábamos, la llevaba a cenar.

Agustín y Candela nos invitaron a ver una película una vez. Nunca fue incómodo, nunca hubo una pregunta de si éramos más que amigos. No estaba seguro de cómo sentirme respecto a eso, especialmente desde mi decisión de no perseguirla de esa manera, lo cual no me impidió fantasear sobre ella gimiendo en mi sillón, hasta que una noche la vi con Cande empujándose y haciéndose cosquillas en el apartamento, y entonces me la imaginé en mi cama.

Necesitaba sacarla de mi cabeza.

La única cura era dejar de pensar en ella el tiempo suficiente para buscar a mi próxima conquista. Unos pocos días después, un rostro familiar me llamó la atención. La había visto antes con Janet Littleton. Lucy era bastante caliente, nunca perdía la oportunidad de mostrar su escote, y era muy bocazas acerca de odiar mis entrañas.

Afortunadamente me tomó treinta minutos, y una invitación tentativa a The Red para llevarla a casa. Apenas había cerrado la puerta antes de que estuviera quitándome la ropa. Hasta allí llegaba el profundo pozo de odio que había albergado hacia mí el año pasado. Se fue con una sonrisa en el rostro y decepción en los ojos.

Todavía tenía a Lali en mi mente.

Ni siquiera el cansancio post-orgasmo iba a solucionarlo, y sentí algo nuevo: culpa.

Al día siguiente, corrí a la clase de historia y me deslicé en mi escritorio junto a Lali. Ya había sacado su laptop y su libro, apenas reconociendo mi presencia cuando me senté.

El salón de clases estaba más oscuro de lo usual; las nubes privaban a la habitación de la luz natural que solía entrar por las ventanas. Empujé su codo, pero no estaba tan receptiva como siempre, así que tomé el lápiz de su mano y comencé a garabatear en los márgenes. Tatuajes, mayormente, pero escribí su nombre en unas letras geniales. Me miró con una sonrisa apreciativa.

Me incliné y le susurré en el oído—: ¿Quieres almorzar fuera del campus hoy?

—No puedo —susurró.

Escribí en su cuaderno.

Xq?
Porque tengo que hacer uso de mi plan de comidas.
Pura mierda.
De verdad.

Quería discutir pero me quedaba sin espacio en la página. Bien. Otra comida misteriosa. No puedo esperar.

Sonrió, y disfruté ese sentimiento de “por encima del mundo” que experimentaba cuando sea que la hiciera sonreír. Unos pocos garabatos y un dibujo legítimo de un dragón después, Chaney dejó salir a la clase.

Arrojé el lápiz de Lali en su mochila mientras guardaba el resto de sus cosas, y luego caminamos hacia la cafetería.

No obtuvimos tantas miradas como las que solíamos tener en el pasado. La población estudiantil se había acostumbrado a vernos juntos regularmente.

Cuando fuimos a la fila, tuvimos una pequeña charla sobre el nuevo documento de historia que Chaney había asignado. Lali pasó su tarjeta de comida y luego hicimos nuestro camino hacia la mesa. Inmediatamente noté que faltaba una cosa en su bandeja: el zumo de naranja que tomaba todos los días.
Escaneé la fila de las robustas y sensatas servidoras que estaban detrás del buffet. Una vez que la mujer de aspecto severo detrás del mostrador quedó a la vista, supe que había encontrado a mi objetivo.

—Oiga, Señorita… uh… Señorita…

La mujer de la cafetería me evaluó antes de decidir que iba a causarle problemas, al igual que la mayoría de las chicas, antes de que hiciera que sus mulos hormiguearan.

—Armstrong —dijo finalmente en una voz ronca.

Intenté dominar mi disgusto mientras el pensamiento de sus muslos aparecía en los oscuros recovecos de mi mente.

Mostré mi sonrisa más encantadora. —Eso es encantador. Me preguntaba, porque pareces como la jefe aquí… ¿no hay zumo de naranja hoy?

—Hay algo en la parte de atrás. He estado demasiado ocupada para traerlos aquí.
Asentí. 

—Siempre estás moviendo el culo. Deberían aumentarte el sueldo. Nadie más trabaja tan duro como tú. Todos lo notamos.

Levantó su barbilla, lo que minimizó los pliegues en su cuello. —Gracias. Ya era tiempo de que alguien lo hiciera. ¿Necesitas zumo de naranja?

—Sólo uno… si no te importa, por supuesto.

Me guiñó un ojo. —No, en lo absoluto. Regresaré enseguida.

Lo llevé a la mesa y lo dejé junto a la bandeja de Lali.

—No tenías por qué haberlo hecho. Yo iba a tomar uno. —Se quitó la chaqueta y la puso sobre su regazo, dejando al descubierto sus hombros. Éstos aún seguían bronceados y un poco brillantes, rogándome que los tocara.

Una docena de cosas sucias pasaron por mi mente.

—Bueno, ahora no tienes que hacerlo —dije. Le ofrecí una de mis mejores sonrisas, pero esta vez fue genuina. Este era uno de esos Momentos Felices de Lali, los cuales, en cierto modo, deseaba para estos días.

Brasil bufó. —¿Ella te convirtió en un mandilón, Peter? ¿Qué sigue después, abanicarla con una hoja de palmera, mientras usas un Speedo?

Le di una mirada asesina a Brasil. No quiso decir nada con eso, pero arruinó mi momento y me molestó. Probablemente parecía un idiota trayéndole la bebida.

Lali se inclinó hacia adelante. —Tú no podrías llenar un Speedo, Brasil. Cierra tu estúpida boca.

—¡Tranquila, Lali! ¡Estaba bromeando! —dijo Brasil, levantando sus manos.

—Sólo… no hables así de él —dijo ella, frunciendo el ceño.


La observé por un momento, viendo como su ira disminuía un poco mientras giraba su atención hacia mí. Eso definitivamente fue una primera vez. —Ahora sí que lo he visto todo. Acabo de ser defendido por una chica. —Le ofrecí una pequeña sonrisa y luego me puse de pie, mirando a Brasil por última vez antes de irme para vaciar mi bandeja. No estaba tan hambriento, de todos modos.

Las pesadas puertas de metal cedieron fácilmente cuando las empujé. Saqué los cigarrillos de mi bolsillo y encendí uno, intentando olvidar lo que acababa de ocurrir. Hice el ridículo por una chica, y fue particularmente satisfactorio para mis hermanos de la fraternidad porque había sido yo quien les había dado un tiempo difícil, durante dos años, por siquiera mencionar que querían hacer más que follarse a una chica. Era mi turno ahora, y no podía hacer una maldita cosa por ello, porque no podía. ¿Lo peor? No quería.

Cuando los otros fumadores a mí alrededor rieron, hice lo mismo, a pesar de que no tenía idea de qué hablaban. Por dentro estaba enojado y humillado, o enojado de estar humillado. Lo que sea. Unas chicas me tocaron y se turnaron para intentar entablar una conversación. Asentí y sonreí para ser agradable, pero lo que realmente quería era salir de ahí y golpear algo. Un berrinche público mostraría debilidad, y no iba a soportar esa mierda.


Perdón, no he subido hace muchos días:c , pero es que he estado ocupada con esas cosas del colegio y bla bla bla. Pero, lo bueno se hace esperar ¿no?; después de clases les subo el siguiente capítulo, besos:**                                                                                                                                                                                                           Lean la nove de Miss Laliter http://noveslaliterymas.blogspot.com/ , está buenísima;)

 


 


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