No mirar hacia atrás: Capítulo 13
Se había subido el capítulo y todavía no estaba completo ksdlh Así que aquí va:(
Lo siento x.x
Capítulo 13:
El resto de la mañana pasó en un borrón. Cande había muerto. Eso era todo lo que podía pensar. Estaba muerta. Y existía una parte de mí que lo había estado esperando, e incluso aguardando por ello. Aros de miedo se cerraron alrededor del bulto de tristeza que se había formado en mi pecho. Se sentía apretado, imposible de desentrañar.
Peter estuvo callado en biología, preguntándome si me sentía bien y luego no diciendo nada el resto de la clase. Pablo me esperaba junto a mi taquilla. Tiró de mi rígido cuerpo en sus brazos y me murmuró algo con voz ahogada.
Pensé en la foto de ellos dos juntos, Cande en su regazo, con la mano de él en su cadera. Cande...la mejor amiga que no podía recordar, la chica muerta.
Las personas nos miraban. Lo odiaba.
Dejé que Pablo me sacara de la escuela. Nadie nos detuvo. Cada rostro que pasamos reflejaba una mezcla de sorpresa y consternación. Todo el mundo la conocía, tanto si querían como si no. De una manera insensible, me preguntaba si se afligirían por ella, o por el hecho de que a la muerte no le importaban las cosas como la edad.
- ¿No lo sabes? El miedo y la popularidad van de la mano - una suave y femenina voz me susurró al oído - Vamos a gobernar con un puño de hierro.
Me giré, jadeando. Mis ojos se movieron alrededor del pabellón. No había nadie allí.
- Vamos - dijo Pablo, mirándome con preocupación - Salgamos de aquí.
Siguiéndolo a través de la escuela, seguí mirando por encima de mi hombro. ¿En realidad oí la voz o se trataba de un recuerdo?
Tal vez en serio estaba volviéndome loca. Eso siempre era una posibilidad...probabilidad.
Había varios bancos de hormigón en el patio detrás de la escuela entre el campo de fútbol y un edificio más pequeño de recreación. Todos a los que conocía se encontraban allí, sentados en las superficies frías y duras.
Mery, Paula, y Rochi se hallaban en uno de los bancos. Nico y Euge ocupaban el otro mientras Peter se sentaba solo. Me senté con Pablo, totalmente consciente de su mano alrededor de la mía y de la forma que Peter se ponía rígido, centrándose en el campo detrás de nosotros. Tuve que luchar para no alejarme de mi novio. No merecía que le diera la espalda, no de mí.
- No puedo creer que esté muerta - Mery fue la primera en hablar, sollozando con delicadeza - Es decir, entre más tiempo permanecía perdida, más sabía cómo terminaría todo esto, pero esperaba que pasara lo mismo que con Lali.
Qué apareciera en alguna parte.
Rochi se secó los ojos con dos dedos mientras apretaba un monedero blanco de gran tamaño contra su pecho.
- Qué horrible es siquiera pensar que estuvo por allí, sola...
- En el agua - susurró Paula, estremeciéndose mientras se pasaba continuamente los dedos por el cabello - No creo que pueda nadar en ese lago de nuevo.
Las cejas de Euge se arquearon mientras miraba a un Nico con los labios apretados. Me preguntaba por qué incluso ellos tres se encontraban aquí. Sabía que no eran cercanos a Cande o cualquier otra persona aquí.
Pero bueno, ¿qué otra cosa no sabía? Todo, al parecer.
- ¿Alguien mencionó en qué tipo de condición...estaba? - preguntó Mery - Me pregunto si el ataúd estará abierto.
Nico se inclinó hacia atrás, sacudiendo la cabeza.
- Estaba en el lago, y quién sabe por cuánto tiempo. El mantener el ataúd abierto probablemente es lo último en lo que están pensando.
Los ojos de Mery se estrecharon.
- Sólo estoy diciendo que Cande no querría que alguien la viera a menos que ella fuera...
- La chica más hermosa en el salón - murmuré.
La mano de Pablo se apretó alrededor de la mía.
- ¿Qué dijiste?
Me estremecí. Una vez más, no tenía ni idea de dónde habían venido esas palabras. Todo el mundo me miraba, esperando una explicación.
Negando con la cabeza, liberé mi mano.
- Dijiste "la chica más hermosa en el salón" - planteó Mery, pasando la mano por sus pantalones oscuros - Eso es exactamente lo que Cande hubiera dicho. Lo que tú hubieras dicho. ¿Has estado...recordando algo?
Juntando las manos, luché contra la tentación de empezar a morderme las uñas.
- No.
- ¿Entonces por qué lo dices? - demandó con los ojos brillantes.
- No sé, a veces solo digo cosas - Le eché un vistazo a Pablo, pero miraba sus manos.
- ¿Qué? ¿Cómo si tuvieras el síndrome de Tourette? - Pablo rió por lo bajo.
Mis mejillas se calentaron por la verguenza y algo mucho más energético.
- No es como el Tourette, idiota.
- ¿Qué? - Levantó la mirada, su sonrisa desvaneciéndose - Sé que no es así. Vamos, cálmate - Alargó una mano hacia mí, pero me alejé - La, era sólo una pregunta.
- Una pregunta estúpida - dijo Peter, su mandíbula apretada.
Los ojos de Pablo se entrecerraron en delgadas rendijas.
- ¿Por qué siquiera estás aquí?
- Buena pregunta - murmuró, pero se echó hacia atrás, estirando las piernas y cruzando los brazos sobre su amplio pecho. Peter no se iría pronto.
- Espera. ¿Por qué no está Agus aquí? - pregunté.
Paula sacó una lima de uñas.
- No vino a la escuela hoy. Creo que estaba enfermo o algo así.
- ¿Creen que lo sabe? - preguntó Euge, envolviendo los brazos alrededor de mi hermano y apretando la mejilla contra su hombro.
- Por supuesto que sí - Paula rodó los ojos, limando una de sus uñas - Todo el mundo lo sabe.
Euge le dio una mirada de muerte. Yo también tenía ganas de golpear a alguien, pero sobre todo debido a la frustración.
- ¿Sabes lo que me parece extraño? - expresó Euge, cerrando los ojos.
- Creo que vamos a averiguarlo - murmuró Paula, deslizando la lima de un lado a otro.
- Ya basta, hueca - dijo Peter.
Paula lo mandó a volar con un dedo medio perfectamente cuidado.
- ¿Qué te parece extraño? - le pregunté, haciendo caso omiso de ambos.
- ¿Además del hecho de que Candela nunca hubiera estado cerca del lago en esta época del año? Ella era una gran nadadora - Euge abrió los ojos, mirándome - La chica era parte pescado.
Mery se recostó contra el banco, justo sobre el borde más cercano a Pablo.
- Bueno, no creo que fuera allí para nadar.
- Eso no es lo que quería decir Euge - le dije, recordando la visión que tuve de caer - Si Cande estuvo en el lago, no debería de haber sido capaz de nadar, ¿no?
Pablo se aclaró la garganta.
- Hay algunas corrientes bastante molestas y partes muy profundas, pero ella conocía el lago y las áreas que se debían evitar.
- Entonces tal vez ya estaba...inconsciente antes de que cayera al agua - O muerta, pero no podía decir eso.
- Bueno, tú tuviste que haber estado con ella - dijo Mery, quitándole la lima a Paula y metiéndola en su bolsa - Eso es muy molesto, por no hablar de antihigiénico.
- ¿Cómo que antihigiénico? Sólo estoy limándome las uñas.
- Es asqueroso. Hay pedazos de tus uñas por todo el lugar - Mery se estremeció como si fuera más inquietante que un cuerpo en un lago - Creo que hasta en mí.
Sonriendo ante lo absurdo de la situación, levanté la mirada y atrapé los ojos de Peter. Brillaban en la luz. Cuando miré hacia otro lado, me di cuenta de que Pablo nos estaba mirando. Una punzada de culpabilidad me recorrió.
- ¿Alguien la vio ese día?
- ¿Aparte de ti? - dijo Mery, y no había duda de su tono.
Me senté de nuevo.
- ¿Qué estás tratando de decir, Mery?
- No estoy tratando de decir nada, Lali - Sacó un par de gafas de sol de gran tamaño y se las puso - Era evidente que estaba contigo. Te encontraron caminando por la carretera que da al lago.
- Ya lo sabe - dijo Nico, inclinándose hacia adelante. El desprecio goteaba su voz - Pero tiene amnesia, por si aún no lo entiendes. Probablemente te puedo dar una definición si es que todavía estás confundida.
- Sabes, estoy con Pablo en esto. ¿Qué hacen aquí? - Mery arqueó las cejas.
- Estamos aquí porque alguien tiene que estar para mi hermana - le contestó.
Eso me sorprendió...en el buen sentido. Con todo lo sucedido, Nico y yo habíamos estado perdiendo esa cosa de gemelos sobre la que la gente habla.
- Yo estoy aquí para ella, Nicolás - Pablo sonaba ofendido - Siempre estaré para tu hermana.
Los labios de Nico se apretaron.
- Es casi cómico viniendo de ti.
- Cariño - dijo Euge, tirando de su brazo.
- ¿Qué demonios se supone que significa eso? - exigió Pablo.
- Pablo, si yo fuera tú, simplemente me sentaría y callaría - Peter se estiró perezosamente, pero ya estaba preparado - Sólo digo.
¿De qué diablos hablaban?
- Yo la vi - dijo la tranquila voz de Rochi antes de que Pablo pudiera responder, y esas palabras dichas tan suavemente silenciaron a todos.
Mi corazón saltó de alegría.
- ¿En serio?
Un rubor tiñó las mejillas de Rochi.
- Sí. Alrededor de las siete de la noche. Se pasó por mi casa y me entregó una bolsa que le había prestado, mi Dolce and Gabbana. Lucía...muy irritada por algo.
- ¿No sabes por qué estaba molesta? - le pregunté.
Rochi negó con la cabeza, sus ojos en el suelo.
- No parecía querer hablar. Creo que tuvo algo que ver con un tipo. Ustedes saben cómo se ponía Cande cuando tenía problemas con chicos.
- Está bien - Pablo se levantó, pasándose las manos por el cabello - ¿Importa el por qué estuviera molesta? Eso no cambia nada.
Lo miré fríamente.
- Tienes razón...eso no cambia nada el hecho de que esté muerta, pero podría ayudarnos a averiguar qué pasó con ella.
Pablo se frotó la mandíbula.
- Pero que estuviera molesta por algún tipo o lo que sea, no tiene nada que ver con lo sucedido.
- ¿Cómo lo sabes? - preguntó Nico, y tenía un punto.
- No es sólo lo que me pasó - le dije - También trata sobre lo que le pasó a Cande. Cualquier información sirve.
- ¿Ahora qué? ¿Vas a jugar a ser detective como Nancy Drew? - preguntó Mery, sus ojos moviéndose entre Pablo y yo.
Si no estuviera en mi situación, diría que Mery estaría de acuerdo con cualquier cosa que Pablo dijera. Buscando paciencia, la ignoré.
- ¿Recuerdas algo más? ¿Qué llevaba puesto?
- Tenía ese vestido rojo puesto. El del suéter - respondió Rochi.
La barbilla de Paula se levantó.
- ¿La imitación de Prada?
Habría rodado los ojos ante el desprecio en la voz de Paula si no fuera por el hecho de que cada vez que había visto a Cande, o tenía un recuerdo de ella, o al menos eso creía que eran, llevaba un vestido rojo. Lo que significaba que no estaba tan loca...Buenas noticias.
- ¿Estás bien, La? - preguntó Peter.
Asentí, y dejé que la conversación fluyera sin mí. Pablo finalmente se sentó a mi lado otra vez y deslizó un brazo a mi alrededor. Inclinando la cabeza contra su hombro, cerré los ojos. Mi mente daba vueltas. El día en que ambas habíamos desaparecido, Cande había estado molesta. Lo que no me decía nada, pero el hecho de que en realidad hubiera estado usando el mismo vestido con el que seguía viéndola era desconcertante. Y aparte de eso, el que estuviéramos peleando por alguien a quien no podía recordar, pero que había sido una parte intrínseca de mi vida era difícil. Había momentos en los que casi podía saborear la pérdida, cuando podría haberme consumido. Entonces el dolor cesaba y era reemplazado por la confusión y la necesidad de estar lejos de todas estas personas...de estar sola.
Peter tenía la punta de sus dedos presionados juntos, cubriéndose la boca cuando abrí los ojos de nuevo, atrayendo mi atención justo hacia sus labios. Nuestros ojos se encontraron por un momento, y luego apartó la mirada. El brazo de Pablo se apretaba a mi alrededor, y otro tipo diferente de culpa salió a la superficie. Sintiéndome desgarrada en distintas direcciones, me senté, poniendo un poco de distancia entre nosotros.
- Está bien - expresó Euge, estirando las piernas y poniéndose de pie - Voy a decir lo que nadie más parece estar dispuesto a comentar.
- ¿Qué en realidad no toleras a Nico? - dijo Peter suavemente.
- Já - Nico sonrió.
- No - suspiró Euge - ¿Creen que Cande fue...asesinada?
Nuestro variado grupo se quedó en silencio. Mi ritmo cardíaco se aceleró. Asesinada. Tenía sentido. Si Cande era una gran nadadora, no se habría ahogado, y entonces ahí estaba yo. ¿Era posible que hubiera sido testigo de lo que le ocurrió a Cande? Y si era así, ¿entonces su asesino trató de darme el mismo destino?
No. Podría haber sido un accidente. Pero entonces, ¿qué me pasó a mí? ¿Ambas tuvimos un accidente? Ella murió. Y yo sobreviví.
Levanté la vista. Peter me miraba de nuevo. Una completa preocupación profundizaba el matiz sus ojos. Me pregunté si había llegado a la misma conclusión, si todos ellos lo habían hecho. Cuando miré hacia las chicas, mis amigas, había algo en sus ojos que no tenía nada que ver con la preocupación con mi bienestar. Durante un minuto, me negué a creerlo, pero no había duda de la sombra en sus miradas.
Sospecha.
***
Mamá se encontraba encerrada en su dormitorio cuando Nico me dejó en casa después de la escuela. Teniendo la casa para mí hasta que él regresara de la práctica de rugby y papá llegara me dejó tiempo suficiente para reflexionar sobre todo.
Cande estaba muerta, y muy probablemente asesinada. Y yo estuve allí. Las visiones, fragmentos de recuerdos, podrían ser pistas de lo que pasó. Sólo necesitaba unir las piezas.
Acurrucándome en el asiento de la ventana del solárium, me quedé mirando el pequeño jardín y la calle principal más allá de la pequeña valla de piedra. Mi libro de historia yacía sin abrir a mis pies. Me mordí la uña. Peter me había visto hacerlo durante bio, diciendo que era un hábito que siempre tuve. Así que era una antigua parte de mí que se había quedado de alguna manera.
Mis pensamientos fueron directamente a Cande.
Ella había estado molesta el día que desaparecimos, probablemente debido a un chico. ¿Habría sido por Agustín, el ocasional novio que se sentía enfermo el mismo día en que su cuerpo fue encontrado? ¿Había ido a verla para hablar con ella? ¿Pero qué sucedió después de eso? ¿Qué con las visiones de la sangre en las rocas, el que Cande estuviera gritándome, y luego la sensación como si estuviera cayendo?
¿Y por qué nos habíamos juntado en el bosque estatal de todos los lugares? Esos recuerdos no podían ser alucinaciones. No estaba loca, pero entre más cosas volvían a mi mente, más extraña me sentía. Luego estaban las dos notas...
La luz del sol se reflejó en el techo de un coche blanco que se acercaba por el camino de entrada, llamando mi atención. Me enderecé, dejando caer mi mano ya que estaba completamente a la vista. No era el Bentley de papá, y era demasiado pronto para que Nico estuviera de vuelta.
El auto se detuvo delante de la casa, junto a la fuente. Un hombre salió del auto, abrochándose la chaqueta. Gafas de sol oscuras ocultaban sus ojos, pero reconocí el peinado hacia atrás y la frente amplia.
El detective Ramírez estaba aquí.
- Mierda - murmuré, bajándome del asiento de la ventana. Corriendo a través del laberinto de arcos y habitaciones que nunca parecían estar en uso, me apresuré a atravesar toda la casa antes de que despertara a mi madre. Abrí la puerta casi sin aliento.
- ¿Detective?
Se quitó las gafas de sol, colocándolas en el bolsillo superior de su chaqueta.
- Señorita Espósito, ¿tiene un par de minutos?
Haciéndome a un lado, eché una mirada detrás de mí.
- Sí, pero mamá está durmiendo y papá está en el trabajo.
- Está bien. Sólo tengo un par de preguntas, fuera de registro - dijo, entrando en la casa. Sus ojos registraron el vestíbulo y no perdió ni un solo detalle - ¿Algún lugar para sentarse?
Dudaba que nada de lo que le dijera a un detective fuera confidencial, pero no tenía nada que ocultar y quería ayudarlo. Llevándolo a la pequeña sala de estar, me senté en el sofá mientras el tomaba el sillón reclinable.
- ¿Tiene algo que ver con Cande? - le pregunté, doblando las manos.
Ramírez asintió.
- ¿Supongo que ya ha oído las noticias?
- Sí. Todos en la escuela lo saben.
- ¿Y cómo lo lleva?
¿Qué como lo llevaba? Casi me entraron ganas de reír, pero me imaginé que sería inapropiado.
- Bien, supongo.
Sus labios se curvaron.
- Quisiera comprobar un par de cosas con usted. A ver si recuerda algo. ¿Está de acuerdo con eso?
- Sí - Tomando un cojín delicadamente bordado, lo coloqué en mi regazo - Quiero ser capaz de ayudar.
- Bien - Sonrió una vez más - Candela fue encontrada a unos metros por debajo de la cascada en lago, enredada en... - Se detuvo mientras sentía que la sangre se drenaba de mi rostro - Bueno, los detalles no importan. En este momento, no estamos seguros de cuál fue la causa de muerte, pero de acuerdo a la investigación preliminar, no parece ser ahogamiento.
- Cande era una buena nadadora - Apreté el cojín - Eso es lo que dijeron mis amigos.
Asintió lentamente.
- Su madre recalcó que Cande era una excelente nadadora y que también estaba muy bien versada con los terrenos del parque estatal y los senderos que se encuentran allí.
- Pero estuvimos allí de noche - le dije, frunciendo el ceño - Pablo dijo que estuve con él hasta el anochecer.
- Sí, estuvimos hablando mientras se encontraba desaparecida - Se inclinó hacia adelante, dejando caer las manos entre sus rodillas - ¿Tiene alguna idea de por qué ustedes dos fueron hasta allá de noche? Tan familiarizadas como Cande y usted estuvieran con el terreno, hubiera sido peligroso. Un desliz y...
Tragué saliva.
- Realmente no sé por qué, y he estado tratando de averiguarlo todo el día. Rochi...Rocío Igarzabal dijo que Cande lucía enojada. Quizás fuimos allí para tener algún momento de chicas - Eso sonaba estúpido incluso para mí, pero no sabía qué más decir.
- También he hablado con Rocío, pero por lo que pude deducir, no era como si cualquiera de ustedes pasaran tiempo en el lago durante la noche...al menos no en esta época del año - Hizo una pausa, mirándome a los ojos - Ahora, dijo que tenía esta...sensación de caer cuando hablamos y que había oído el agua. ¿Es posible que hayan estado cerca de las cascadas?
- Supongo que sí, pero ni siquiera sé dónde está la cascada...ahora. O de qué forma de llegar al lago.
Su cabeza se inclinó hacia un lado mientras su mirada caía por un momento.
- ¿Recuerda algo más? Aunque parezca un detalle menor, podría ser de ayuda. Y quiere ayudar, ¿cierto?
- Sí - Al darme cuenta de que sujetaba el cojín como un escudo, lo puse a un lado - Le he hablado de las rocas. Las he visto antes, pero están cubiertas de algo que parece sangre, pero no...no estoy muy segura. Sé que no es mucho.
- No. Eso es algo - Sonrió forzadamente - ¿Algo más?
Bajé la mirada, mordiendo mi labio. Contarle sobre las ocasiones en las que veía a Cande me haría parecer una lunática.
- Mariana, cualquier cosa podría ayudar.
Pasos pesados se escucharon por la casa, alertándome de la llegada de mi padre. El detective Ramírez se puso de pie, volteándose hacia el arco abierto.
Papá entró como una tormenta, con las mejillas encendidas de rabia y los ojos entrecerrados brillando al ver al detective.
- ¿Qué está haciendo aquí?
- Está bien, papá. Sólo tenía un par de preguntas.
- No. No está bien - Puso las manos en sus caderas, empujando la chaqueta del traje hacia atrás - ¿Tengo que explicarle la ley, Ramírez?
- Estoy muy versado en la ley Sr. Espósito - respondió el detective con suavidad.
- ¿En serio? - Su voz adquirió un tono duro e ineflexible, el cual sabía que tenía que haber escuchado antes. Probablemente cuando choqué el auto contra un árbol - No puede hablar con mi hija sin uno de nosotros o su abogado. Nunca.
- Señor, esto no es una investigación formal,y su hija accedió a responder...
- Mi hija es una adolescente, sólo tiene diecisiete años - Papá dio un paso adelante, elevándose sobre el detective - ¿Le dijo que era extraoficial? Estoy seguro de que lo hizo. Ella no sabe cómo funcionan estas cosas, pero yo sí.
Mis cejas se levantaron. Nudos se formaron en mi estómago. ¿Hice algo mal al haber hablado con el detective? Mientras tanto mordía la uña de mi pulgar, mi mirada pasó de uno a otro entre los dos hombres.
- Papá, yo estaba...
- No digas una palabra más, Mariana - dijo, y su tono se sintió como una brisa helada sobre mi piel - Si quiere interrogar a mi hija, lo hará con mi permiso y con una justa advertencia. Si no es así, la próxima vez que se acerque, incluso a veinte metros de mi casa, es mejor que tenga una orden judicial.
Mi boca se abrió. ¿Una orden judicial? ¿Por qué necesitaría una orden judicial? Yo no era una de las sospechosas. Los sospechosos necesitaban órdenes judiciales. El pánico arañó mi interior mientras me levantaba con piernas temblorosas. ¿Sospechaban de mí?
El detective Ramírez se aclaró la garganta, y cuando habló, lucía tranquilo, sin verse afectado por las órdenes de mi padre.
- Entiendo, Sr. Espósito. Esperemos no llegar a eso. Conozco la salida.
Papá se cruzó de brazos, y sin decir una palabra, el detective Ramírez se fue. Volví a sentarme, mareada.
- Papá, sólo me estaba haciendo preguntas. No era un gran problema.
Cruzó la habitación, agachándose frente a mí de manera que estaba al nivel de mi visión.
- No entiendes cómo trabaja la policía, princesa. Eres una niña, y con todo lo que te ha sucedido, sería fácil para ellos confundirte y manipularte.
Me sentí indignada y la ira me llenó.
- No soy estúpida. Sólo porque no puedo recordar nada no me hace una niña indefensa. Solo me hacia preguntas sobre Cande. Quiero ser capaz de ayudar a la policía.
- Lo sé - suspiró y luego extendió una mano, quitando la mía de mi boca - Sigues siendo una mordedora de uñas. Tu madre odia eso.
- Lo siento - murmuré, apretando las rodillas con mis manos.
Se puso de pie y caminó hacia la repisa de la chimenea. Su columna vertebral lucía anormalmente rígida.
- Sé que no eres estúpida, Mariana. Eres una chica inteligente, pero no quiero que hables con la policía de nuevo, ¿de acuerdo? No sin mí. ¿Entiendes?
- ¿Por qué? ¿Cuál es el problema? No tengo nada que esconder.
Se dio media vuelta, pasando una mano por su cabello.
- El gran problema es que probablemente fuiste la última persona que vio a Candela, que probablemente estabas con ella cuando...cuando lo que sea que le haya pasado sucedió.
- ¡Lo sé! Y es por eso que tengo que hablar con la policía.
- ¡No! ¡Es por eso que no puedes hablar con la policía! - Dejó caer una mano en su pecho, y de repente me sentí preocupada de que tuviera un ataque al corazón. Mi padre se veía delgado y cansado, pero me imaginé que se encontraba bajo mucho estrés en el trabajo...y conmigo - La última cosa que necesitas hacer es hablar con la policía. Ahora mismo, si resulta que Candela fue asesinada, serás la sospechosa número uno.
Ah subí más por fa me encanta está nove!
ResponderEliminarla sospechosa 1? lali no hizo nada no? :OOO
ResponderEliminarsube mas nove!!!!
ResponderEliminarAh con razon Jaja subí más!
ResponderEliminarQuien mato a Cande????
ResponderEliminarRecien encontre tu novela y me encanto, sigue asi que llegaras muy lejos;)
ResponderEliminarCamila.
Me encanta tu nove:D
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